“Mi idea es salir campeón. Si no, no correría”, establece Mauro Marino. La declaración es contundente y ambiciosa. ¿Será que se asemeja a su personalidad? La primera impresión puede indicar lo contrario porque Marino es un mar de calma que se agita solamente por sus palabras que se emiten en un mismo tono. Y hay que contextualizar lo que dice el piloto porque sólo así se descubre el espíritu avasallador del que es dueño. Marino buscará ser campeón en la primera temporada de la nueva Fórmula 4 Sudamericana, la categoría de monoplazas homologada por la Federación Internacional de Automovilismo (FIA) que pretende transformarse en una escuela de pilotos para las fórmulas europeas.
Sí, en un auto que no conoce, en una divisional de la que pocos tienen referencia, en circuitos que nunca exploró y ante rivales que, como él, fueron seleccionados por su talento, Marino quiere ser campeón. “Es verdad: no soy ansioso. Más bien soy tranquilo. Así es mi personalidad, obvio que quiero correr ya, pero quizás no lo demuestro”, reconoció el ex integrante del Top Race NOA. Básicamente, en cada fecha del torneo el motor cambiará y a lo único que estará habituado Marino es al chasis otorgado por la F4 Sudamericana. “Si gano la carrera, en la próxima no voy a tener ese motor que, seguramente, le pondrán al que salió último. Lo que se busca es que gane el que maneja mejor”, explicó Marino. “Eso sirve porque sabemos que todos vamos en las mismas condiciones”, agrega.
Entre contactos previos vía e-mail y Facebook llegó el momento de subirse al auto para terminar de sellar el vínculo. Aquella prueba no le dejó dudas a los organizadores de que Marino debía ocupar uno de los 20 monoplazas de la categoría. “Fueron dos días de pruebas. El primer día hizo mucho calor y al día siguiente llovió”, recordó Marino sobre el primer contacto que tuvo con el autódromo uruguayo de El Pinar, uno de los 10 trazados en los que se correrá el campeonato. Esta semana volvió a hacer contacto durante dos jornadas, como una manera de familializarse mejor con el bóilido.
Los giros fueron de menor a mayor. “Fui acelerando de a poco y en cada vuelta fui mejorando. Me dijeron que se sorprendieron porque no se imaginaban que nunca había manejado un fórmula; pensaban que había tenido alguna experiencia”, reveló.
Para Mauro, la velocidad seduce más a bordo de un auto sin techo. Sin embargo, pese a que el Top Race del NOA no era lo ideal para su gusto, el joven de 24 años no iba a dejar escapar la oportunidad de lucirse arriba de una máquina. “A mí siempre me gustaron los autos de fórmula; siempre apunté a eso. Pero los autos de Fórmula Renault no tenían la seguridad que esperaba porque no son monocascos, no son de fibra de carbono y por eso nunca me incliné para ese lado. Y ahora se me dio esto: lo que me gusta y donde quiero ascender”, comentó. Clink caja entonces para Mauro que habla con fascinación de los monopostos. “Quiero concentrarme en lo que estoy haciendo, no saltear pasos”, establece. Así que primero lo primero por lo que Marino implementará su modo de ser en la pista, en la vida misma. “Como piloto soy calculador, no me apuro en tomar una decisión. Por ejemplo, a la hora de pasar a alguien voy viendo si comete algún error, espero hasta el momento en que se confunde, no en la primera curva, para pasar”, se autodescribió el corredor tucumano.
El objetivo
La Fórmula 4 Sudamericana no tendrá escuderías particulares: cada piloto corre para la divisional. Los chasis serán asignados en el comienzo y los motores serán los que cambiarán de una fecha a otra. Según explica el sitio oficial del campeonato, el soporte técnico asegurará que los autos y los motores tengan el mismo desempeño durante toda la temporada. La premisa es que el talento es de los pilotos, la categoría será la que brinde las herramientas para crecer y desarrollarse.
El debut
La primera fecha será el 6 de abril en el polideportivo “Ciudad de Mercedes”, en Uruguay. En total el calendario tendrá 10 fechas, de las cuales seis se correrán en Argentina (el 3 de agosto en Termas de Río Hondo), tres en Uruguay y una en Brasil.